Canto Esencial


             Cuando miro hacia atrás y contemplo los años que llevo  investigando el sonido humano, doy gracias a los obstáculos de mi propio camino que me impulsaron a indagar en el cómo y el porque los hombres cantan; donde mana la misteriosa fuente, la inagotable variedad de sonido y movimiento con la que el hombre se expresa desde antes de que todo instrumento y toda música existiese. Ese hombre en permanente crecimiento, lento reconocedor de sus espacios y dimensiones, pero estremecidamente consciente de su posibilidad de ser más; más ancho y extendido, más desplegado, más cósmico. El que hace de su cuerpo no solo la herramienta de su supervivencia y complacencia primaria; sino que lo transforma en instrumento, en recinto sagrado, en simbólica arquitectura cinética.

Somos comunicadores de mensajes, modificadores de nuestras formas, órganos y funciones, desarrollamos los más diversos lenguajes culturales; vibramos, resonamos, danzamos, expandimos y comunicamos las más inversas energías; transmitiendo sin palabras nuestra visión del mundo, enseñando y curando mediante la energía de nuestra presencia. Pero si bien la ciencia nos ha revelado el crecimiento de nuestra corteza cerebral y la capacidad de información de nuestro  cerebro, ha dejado fuera algo esencial de nuestra presencia en el mundo. Algo anterior a todo quehacer, que nos coloca allí donde el cielo se ha dado cita con la tierra y que nos indica que nuestro análisis de los hechos, nos ha llevado a posponer algo esencial de la humana naturaleza. Este trabajo trata de ese encuentro, de la vibración que en ese contacto se genera y de cómo esa vibración se manifiesta en cada uno de nosotros a través de la música interior del movimiento, la palabra y el canto.  Esto es lo que he dado en llamar Canto Esencial. 

2 comentarios:

  1. Maravilloso Iris! Te quiero 💘
    Cada palabra me atraviesa profundo cada vez que te leo.

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  2. Iris sos lo más!!! Te quiero mucho Maestra

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